LA EDUCACION DOMESTICA COMO BASE DE LA PAZ ESCOLAR

REPÚBLICA  BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN, EXTENSIÓN Y POSTGRADO
SAN JOAQUÍN DE TURMERO- ESTADO ARAGUA




LA EDUCACION DOMESTICA COMO BASE DE LA PAZ ESCOLAR

                                                                                           
Autora: María Blanco.
Docente de aula: U.E.E. “Andrés Pacheco Miranda”.       

LA EDUCACION DOMESTICA COMO BASE DE LA PAZ ESCOLAR


Resumen

El mundo está lleno de conflictos y realmente no se puede evitar, por la diferencia de pensamientos políticos religiosos y sociales existentes. Muchas veces la alternativa  para resolver un conflicto es la violencia. No cabe duda que todos deseamos el mejor camino para resolver los problemas de esta forma vivir y convivir en una sociedad de paz. Para ello, tenemos la educación en el hogar, acompañada de los valores familiares determinados tales como: la justicia, libertad, cooperación, respeto, solidaridad, entre otros. Al mismo tiempo se cuestionan los valores que son contrarios a la paz como la discriminación, la intolerancia y la violencia, esto nos permite comprender y reflexionar sobre la realidad que nos rodea. Finalmente en la escuela reforzamos esos valores y desechamos los antivalores desde una perspectiva global, lo cual beneficia la construcción de actitudes.

Palabras claves: Educación, familia y paz

LA EDUCACION DOMESTICA COMO BASE DE LA PAZ ESCOLAR


ABSTRACT

The world is full of conflicts and it really can not be avoided, because of the difference of existing religious and social political thoughts. Many times the alternative to resolve a conflict is violence. There is no doubt that we all want the best way to solve the problems of this way live and live in a peaceful society. For this, we have education in the home, accompanied by certain family values ​​such as: justice, freedom, cooperation, respect, solidarity, among others. At the same time, values ​​that are contrary to peace such as discrimination, intolerance and violence are questioned, this allows us to understand and reflect on the reality that surrounds us. Finally in the school we reinforce those values ​​and we discard the anti-values ​​from a global perspective, which benefits the construction of attitudes.

Key words: Education, family and peace





María Aurimar Blanco González Docente de aula desde el 2007, en la U.E.E. “Andrés Pacheco Miranda” ubicada en Güerito, Municipio Mariño, Turmero, Edo Aragua.  Magister en Educación Mención Gerencia. Doctorante en la Universidad Bicentenaria de Aragua Venezuela.



INTRODUCCION


       La educación de los padres y la unión entre ellos y su familia provocan un resultado positivo, fortaleciendo los valores morales de sus miembros, lo que hace que teniendo esa armonía familiar y esos valores morales firmes, causen una influencia positiva en la comunidad y en toda la sociedad, pues si los hijos no tienen ese respaldo humano, moral y espiritual de sus padres, de seguro no tendrán los valores morales necesarios para su desarrollo provechoso en sociedad, ya que se fortalece día a día haciendo llegar un mensaje claro de amor a sus miembros. El amor o el afecto pueden llegar de muchas maneras, pero tiene que ser el protagonista central. Sin él no podemos construir el respeto y la autoestima de los hijos. No es una tarea fácil, por eso los docentes somos garantes de afianzar estos valores para fortalecer la cultura de paz que tanto soñamos para construir un mundo libre de violencia, con un pequeño esfuerzo diario se puede lograr.





EDUCACIÓN DOMESTICA

       Al respecto, Touriñán, (2004: 9). La Educación Familiar es la actividad educativa que los padres realizan con sus hijos y la tarea llevada a cabo por profesionales para suplir a los padres. La familia intrínsecamente desarrolla una de sus funciones esenciales en la educación de sus miembros, es epicentro educativo. El papel que desempeña la familia en la educación de sus hijos es tan importante como la realizada por el propio centro educativo.

       Es así, como la familia sigue siendo el primer referente o modelo a seguir del que disponen los pequeños de la casa  sus mensajes, actitudes y comportamientos inciden en el modo en el que se configurará el desarrollo de sus hijos, su conducta y su personalidad, por ello, se trata de colaborar con la implicación de la familia en la educación de sus hijos contribuye a aumentar su formación para que puedan ser ciudadanos libres, críticos, en una sociedad de paz.

       Según, Vázquez, Sarramona y Vera, (2004: 81).  “La familia es el ámbito donde se constituye plenamente la persona, el espacio en el que se logran los aprendizajes básicos de carácter lingüístico, cognitivo, emocional, social, moral”. Aquellas conductas que se aprendan en edades tempranas, servirán de guía a lo largo de nuestra vida, por lo que una buena educación en valores desde el ámbito familiar supondrá, en etapas posteriores, un referente, una base sólida cuyo reflejo será más difícil de olvidar.

        Sin embargo, vemos cómo numerosas   familias van renunciando a su papel de primeros y principales educadores de sus hijos, y delegan en la escuela sus responsabilidades educativas. Tenemos así la terrible contradicción de padres que no saben cómo educar a uno, dos o tres hijos, y esperan que un maestro eduque a cuarenta. Por otra parte, en Venezuela más que la familia nuclear (compuesta por padre, madre e hijos), predomina la familia, donde la pareja como institución es muy débil. El hombre transita en torno a varias mujeres, en torno a varias familias, sin terminar de establecerse en ninguna. El padre se desentiende de los hijos y la mujer asume la responsabilidad casi total de su crianza. El padre queda ausente y la madre se convierte en el eje de la vida familiar. Incluso en los casos en que el hombre no se va del hogar, suele ser una figura distante y se desentiende de la educación y orientación de los hijos, tarea que le toca por completo a la madre.

        La tarea de educar en la familia pretende recuperar la responsabilidad de los padres en la transmisión de unos valores que favorezcan la incorporación del hijo en una sociedad democrática y justa.  El aprendizaje del ser humano comienza en la casa, ya que es fundamental la labor familiar para el buen desarrollo integral de la persona. Los valores de una sociedad se empiezan a medir a través de lo que se enseña en el hogar el maestro es artista que moldea conducta, a través del ejemplo, por tanto en su rol de profesor se convertirte en un ejemplo a seguir, es donde los estudiantes toman en cuenta el trato amable y cortes que pueda tener con sus colegas y estudiantes.

       Por lo tanto, una buena familia tiene rutinas, ritos que todos respetan. Comen juntos aunque sea una vez al día. Celebran los cumpleaños,  las Navidades  Se acompañan entre sí en las buenas y las malas. Pasan tiempo juntos,  también abren el espacio del tiempo individual. Cada hijo necesita un tiempo o un espacio que sea solo para él (ella). En una buena familia existe el respeto por los padres, los hijos. El maltrato se minimiza. Se acepta el conflicto como parte necesaria de la vida cotidiana. La convivencia implica algo de conflicto pero se asume una actitud constructiva frente a este. En una buena familia existen buenos ejemplos por parte de los padres con el testimonio de vida de los padres, se les enseña a los hijos valores como honestidad, generosidad, respeto y confianza. A los hijos se les supervisa sin darles una atención exagerada. Se está allí disponible más no demasiado involucrado.

      Por consiguiente, pertenecer a una familia unida es el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos y a las futuras generaciones. Esto se lleva muy adentro y vale más que el dinero, el poder o cualquier otra riqueza. Así de sencillo, cimentemos familias buenas de verdad para poder construir una verdadera paz.

PAZ

         Con origen en el término latino pax, la paz puede ser definida en un sentido positivo y en un sentido negativo. En sentido positivo, la paz es un estado de tranquilidad y quietud; en cambio, en sentido negativo, la paz es la ausencia de guerra o violencia.  A nivel político y para el derecho internacional, la paz es la situación y relación mutua de quienes no se encuentran en guerra. Se trata, en estos casos de una paz social, donde se mantienen buenas relaciones entre comunidades de individuos. De la misma manera,  tiene su concepción la Religión.

Para la religión, la paz es también una salutación, ya que es un valor que uno desea para sí mismo y para el prójimo. Por eso se utilizan expresiones como “la paz esté contigo” y, en algunas misas, incluye un beso en el rostro a la persona que se tiene al lado. En algunos países donde los conflictos sociales y políticos son severos y han llevado a que el territorio se encuentre constantemente repudiado por la guerra y la violencia, nacen movimientos que abogan por la paz e intentan terminar con ese estado de violencia e inseguridad.

La posibilidad de lograr una paz efectiva y justa en el mundo. Kant, filósofo ilustrado y buen conocedor de los defectos y virtudes de los seres humanos, aboga por establecer unas condiciones objetivas, jurídicas, políticas y morales que permitan soñar con realismo en que los Estados abandonen el militarismo y las ambiciones territoriales y se centren en la búsqueda de la cooperación y de la hospitalidad entre los pueblos.  Una de las condiciones que Kant considera imprescindible para conseguir la paz perpetua es la abolición de los ejércitos. 

     En relación a lo anterior expuesto, Kant (2007:28) considera que “no se puede luchar por la paz cuando los Estados siguen gastando grandes cantidades de dinero en armamentos sumamente destructivos.” La utopía kantiana sigue siendo una necesidad ética, política y jurídica y por eso Kant ya habló hace dos siglos de crear un derecho internacional capaz de obligar a todos los Estados a buscar honestamente la paz, promoviendo esta educación en las instituciones educativas y la lucha por la formación.

También está en el origen etimológico de los saludos: shalom en hebreo y salam en árabe significan “paz” o “la paz esté contigo o con vosotros”, y también se emplean como despedida, significando entonces ve en paz o id en paz; en cambio, salve, el saludo latino, es un deseo de salud, concepto también muy relacionado. El saludo de paz o beso de la paz es una parte de la misa en que los asistentes “se dan la paz”.  Así mismo la cultura de paz supone ante todo un esfuerzo generalizado para modificar mentalidades y actitudes con ánimo de promover la paz.

        Por lo tanto, la paz no es meramente la ausencia de guerra, sino que se opone al concepto de violencia, entendida ésta como aquellas situaciones en los que los seres humanos se desenvuelven en unas condiciones que le impiden llegar a realizar todas sus potencialidades. En esta sociedad los mecanismos para resolver los conflictos deberían ser los propios de las capacidades que la inteligencia humana nos permite como: la comunicación., el diálogo y la cooperación. Estas capacidades consideradas las básicas de una cultura de la paz, deberían ser aplicadas en todos los ámbitos y escalas de la sociedad: en la familia, en la empresa, en la política y también a nivel local y a nivel internacional.

Educación para la paz

         Según la Organización de Naciones Unidas (ONU) (1997:4) “todo ser humano tiene derecho a la paz que es inherente a su dignidad de persona humana”. Coincide asimismo con el articulo 4 establecido durante la asamblea general, el cual señala que “la educación a todos los niveles es uno de los medios fundamentales para edificar una cultura de paz”, de igual manera con el artículo 9, cuando enfatiza que “las Naciones Unidas deberían seguir desempeñando una función crítica en la promoción y fortalecimiento de una cultura de paz en todo el mundo”

          Es el proceso de adquisición de los valores y conocimientos, así como las actitudes, habilidades y comportamientos necesarios para conseguir la paz personal, entendida como vivir en armonías con uno mismo, los demás y el medio ambiente. Actualmente la  educación para la paz asume el conflicto como un proceso natural y consustancial a la existencia humana. La educación para la paz ayuda a la persona a ver la realidad compleja y conflictiva en forma crítica para poder situarse en ella y actuar en consecuencia. Educar para la paz es invitar a actuar no solo en el entorno escolar sino en el nivel de las estructuras sociales. Los componentes de la educación para la paz son: la comprensión internacional, los derechos humanos, el mundo multicultural, el desarme, el desarrollo, el conflicto.

         Educar para la Paz es una forma particular de educación en valores.  Supone educar desde y para unos determinados valores; valores tales como la justicia, la cooperación, la solidaridad, el desarrollo de la autonomía personal y la toma de decisiones, al mismo tiempo que se cuestionan aquellos que son antitéticos a la cultura de la paz, como son la discriminación, la intolerancia, el etnocentrismo, la obediencia ciega, la indiferencia e insolidaridad, y el conformismo.

         Por consiguiente, la construcción de una cultura de la paz es un proceso lento que supone un cambio de mentalidad individual y colectiva. En este cambio la educación tiene un papel importante en tanto que incide desde las aulas en la construcción de los valores de los que serán futuros ciudadanos, esto permite una evolución del pensamiento social. Los cambios evolutivos, aunque lentos, son los que tienen un carácter más irreversible, en este sentido la escuela ayuda con la construcción de nuevas formas de pensar. Pero la educación formal no es suficiente para que estos cambios se den en profundidad. La sociedad, desde los diferentes ámbitos implicados, desde su capacidad educadora, también deben incidir y apoyar los proyectos y programas educativos formales.

        Por otro lado, Banz (2008) expresa que la convivencia es una actividad con la que el ser humano se enfrenta a diario, en la que es socializada de una u otra manera a partir de los contextos de convivencia que le toque enfrentar, la forma en la que a un ser humano le toca convivir es naturalizada, como la manera adecuada de convivir.
        Así es importante que se genere un proceso de reflexión sobre cómo se puede incurrir en la construcción de la cultura de la paz, desde los medios de comunicación, desde la familia, las empresas, las unidades de producción agrícolas, desde los ayuntamientos, desde las organizaciones no gubernamentales, desde las asociaciones ciudadanas. Se trata de generar una conciencia colectiva sobre la necesidad de una cultura de la paz enraizada en la sociedad con tanta fuerza que no deje lugar a la violencia. Y se trata de que los gobiernos tomen conciencia de esta cultura de la paz y de los factores condicionantes que la facilitarían, tal como eliminación de las situaciones de injusticia, distribución más equitativa de la riqueza, eliminación de la pobreza, derecho a la educación en igualdad de condiciones.  Por otro lado que conviertan esta conciencia en una nueva cultura de administrar el poder.

     Finalmente como docentes, tenemos el compromiso de incentivar la paz desde nuestro ambiente de clases para que se expanda a la relación social en la vida de cada estudiante, aplicando estrategias que contribuyan al fortalecimiento de la misma como: conversatorios, lluvia de ideas y charlas, que tengan como tema principal los valores (amor, lealtad, justicia, respeto, compromiso, puntualidad, entre otros), juegos didácticos donde los estudiantes practiquen y promuevan la solidaridad y el compañerismo,  lecturas reflexivas donde disciernan, reflexionen, exponiendo sus puntos de vista, dando ejemplo de lo que entienden sobre cada valor, por ultimo y no menos importante el ejemplo diario de sus docentes que reflejen en su conducta, un modelo a seguir practicando los valores con todos los miembros de la comunidad educativa. Recordando, que más se educa con el ejemplo, que con palabras.







CONCLUSIONES

        El derecho a la paz, contra la guerra y contra la violación de los derechos humanos. Principalmente son: el derecho al desarrollo, contra la pobreza, a la asistencia humanitaria en cualquier parte del mundo ante situaciones de extrema gravedad (catástrofes, conflictos bélicos, etc.), a un medio ambiente sano y a preservarlo frente al deterioro grave y progresivo del conjunto de los ecosistemas planetarios, así como a la existencia de un patrimonio común de la humanidad que, asimismo, debe preservarse.

       De este modo, se pone de relieve la necesaria cooperación y solidaridad que debe existir entre todos los seres humanos, con el propósito de respetar, proteger y promover aquellos valores y aspiraciones que se consideran comunes a todos (universales). Los seres humanos tenemos muchos derechos y deberes que la ley lo estipula, como principal derecho tenemos la oportunidad de vivir a plenitud, de tener una familia, educación y sobre todo libertad y paz, es en la familia, donde se cimentan y resaltan cada uno de estos principios su importancia y entender de manera muy certera lo que significa tener paz.

        Esto requiere la contribución por parte de todos los individuos y de todos los pueblos en un esfuerzo coordinado, conscientes de la existencia de esa responsabilidad común y solidaria y, por lo tanto, del espíritu de cooperación necesario para hacer realidad estos derechos, aunque ello parezca cada vez más difícil en el contexto de un modelo de mundialización o globalización que, en general, fomenta más bien lo contrario, es decir, la competitividad, la confrontación, el egoísmo, la unilateralidad y, en definitiva, la guerra de todos contra todos en todos los ámbitos de la vida.

         No olvidemos nunca que el mejor educador es el ejemplo. Un buen ejemplo vivencial educa más que mil sermones. De ahí la importancia de ser coherentes entre lo que decimos y exigimos y lo que hacemos. No olvidemos nunca que todos educamos o deseducamos no tanto por lo que decimos, sino por lo que hacemos y somos.  De muy poco va a servir dar consejos a los hijos si uno no vive o practica lo que propone. Los hijos siempre harán lo que vean hacer a sus padres y no lo que les dicen que hagan, si ellos no lo hacen.

       Finalmente, desde los sistemas educativos formales y la educación no formal e informal se deben aunar y coordinar esfuerzos para hacer posible una convivencia pacífica de todos los ciudadanos, que supere todo brote de racismo, xenofobia, delincuencia e injusticia social. El conocimiento e intercambio de experiencias positivas podrá enriquecer y hacer más eficaz el esfuerzo que hagamos para prevenir y erradicar la violencia, promoviendo estímulos desde la base familiar para favorecer la convivencia pacífica que todos deseamos y necesitamos. Gracias a las tecnologías de la información y de la comunicación, problemas como el que nos ocupa pueden ser abordados desde una perspectiva global.



REFERENCIAS

Kant (2007) La Paz Perpetua. España. Ediciones Mestas

SEMINARIO DE EDUCACIÓN PARA LA PAZ (1994). Educar para la paz. Una propuesta posible. Ed. Catarata. Madrid.

Organización de las Naciones Unidas (ONU) (1997). Asamblea General. Declaración y programa de acción sobre una cultura de paz. Documento en línea. Disponible en: http://www3.unesco.org/iycp/kits/sp_res243.pdf. Consulta: 11/04/2012.

VÁZQUEZ, G. SARRAMONA, J. y VERA, J. (2004) Familia, educación y desarrollo cognitivo. En SANTOS, M. A. y TOURIÑÁN J. M. (coords) Familia, educación y sociedad civil. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela. (pp. 29 – 87).


https://familiayescuela.jimdo.com/contenidos/tema-2-educacion-familiar/concepto-de-educación-familiar/ 

 https://www.bibliatodo.com/Diccionario-biblico/paz